domingo, 14 de febrero de 2010

INVITACION A LA ACTIVIDAD ESPECIAL DE DIFUSIÓN DE NUESTRAS DEMANDAS

Como anunciado y bajo preparación, estamos convocando a los vecinos de las colonias aledañas al campamento

y a los representantes de las organizaciones en defensa de la Loma de Santa María,

A LA ACTIVIDAD ESPECIAL DE DIFUSIÓN DE NUESTRAS DEMANDAS

—Antesala del Informe de Gobierno

La cita es en la Casita del Campamento de la Loma (Sansón Flores),

a las 10:00 hrs, del domingo 14 de febrero de 2010.

Esto con la intención de desplazarnos puntualmente antes de las 11:00 hrs.

al Centro de Convenciones.

Con Decreto o Sin Decreto, La Loma No se Toca.

¡La vialidad de Altozano NO Pasará!

Frente en Defensa de Nuestras Áreas Naturales

(Campamento Permanente por la Conservación de la Loma de Santa Marí

viernes, 12 de febrero de 2010

Alterar la Loma causaría un desastre similar al de Angangueo, advierten especialistas


El gobierno estatal no ha dimensionado el daño a la biodiversidad, señala el maestro Jorge Rocha

MELINA GIL

La intervención urbana en la Loma de Santa María podría generar un desastre similar al acontecido en el municipio de Angangueo. Ante el riesgo, aunado a una serie de razonamientos ambientales, económicos y éticos, una representación de más de 200 académicos y científicos de instituciones de nivel superior exigieron la suspensión del proyecto vial denominado “Prolongación Avenida Amalia Solórzano”. En el mismo sentido, y dado que la vialidad depende de esto, se reiteró la demanda de abrogar el decreto del 31 de diciembre de 2009 donde se rebaja el estatus de la Loma de Área Natural Protegida a Zona de Restauración y Protección Ambiental y se restan 60 hectáreas de su polígono original.

De la demanda, señalaron, también tomará cartas la Academia Mexicana de Ciencias, e incluso se pretenden elevar el debate a nivel internacional aprovechando que en noviembre de este año México será la sede de la Conferencia de Cambio Climático 2010.

Antes de que el cerro se nos venga encima


Según explicaron los investigadores del Centro de Investigaciones en Ecosistemas (CIEco) UNAM, campus Morelia, Patricia Ávila y Juan Manuel Lobato, las condiciones de la loma no permiten perturbaciones de tipo humano, principalmente por la falla geológica del sur de la ciudad. “Además de este factor, investigaciones geológicas demuestran que en la zona hay inestabilidad de taludes. Un temblor de siete grados y la loma se viene para abajo, hasta después de avenida Camelinas. Antes que todo se debe prever la sustentabilidad para la ciudad, antes de que el cerro se nos venga encima”.

“Otro factor es la inestabilidad de las lluvias, que requiere de la vegetación para retener la velocidad del agua en la parte baja de la cuenca; es decir, en la ciudad”, expuso Patricia Ávila.

Sobre el punto, Juan Lobato explicó que el detrimento de las comunidades arbóreas, fue precisamente lo que ocasionó el desastre en Angangueo. “Hubo una reducción en la cubierta vegetal, lo que hace la vegetación es que retiene toda la tierra, entre las raíces de los árboles y las plantas se crea un masa y difícilmente ésta puede fluir. Esta capacidad se perdió por la tala”.

Ahondando en la analogía de condiciones, David Barkin, de la Universidad Autónoma Metropolitana, manifestó que desde 1966 se había advertido por parte de investigadores sobre el riesgo de que el municipio quedara sepultado por la tala. En 1979 se vaticinó también el desastre que 20 años después ocurriría en Tabasco, ante el irrespeto a las condiciones del río Grijalva. “Pero en ninguno de los casos se prestó atención”, reprochó.

“En la Loma de Santa María no se pueden crear mecanismos de amortiguamiento ecológico. Además por la pendiente, la vialidad que se pretende se va a convertir en un nuevo lecho de río, pero sin alternativas de control en términos de velocidad del agua, o de desbordamiento”.

Explicación endeble

Aun cuando no existieran factores de inestabilidad, no hay evidencia científica que justifique la remoción del estatus original de la loma. “Es una vergüenza que el gobierno del estado fundamente la abrogación del decreto en un documento sin el menor rigor científico”, opinó la investigadora del CIEco, Ek del Val sobre el estudio técnico justificativo que utilizó la Secretaría de Urbanismo y Medio Ambiente (SUMA) para determinar el cambio a Zona de Restauración y Protección Ambiental.

Del Val señaló que a pesar de que el argumento público para restar área y desproteger la zona fue la degradación de ésta, en el documento nunca se evidencia el hecho.

“En todo caso, la degradación resultaría responsabilidad de las autoridades, porque estaban obligadas a conservar el sitio a través de un plan de manejo que nunca se realizó. Y aún con el deterioro, la figura original de Área Natural Protegida contempla las acciones de restauración”, reafirmó.

En detrimento

En relación con el impacto natural, el maestro en Ciencias también del CIEco, Jorge Rodríguez, explicó que el gobierno del estado no ha dimensionado el daño a la biodiversidad. “Se identifican por lo menos ocho variedades de encinos, en comunidades de la parte media y alta de la loma, lo cual es muy rico para la dimensión del área. Además, está documentada la existencia de especies endémicas y en el lugar, también se han encontrado organismos considerados nuevos para la ciencia, plantas vasculares como la gramíneas que es axonopus, un arbusto sexmenia, y un encino quercus”, detalló Jorge Rodríguez.

La vulneración al área repercutirá además en la concentración de contaminantes en la zona urbana, detalló el investigador ante la evidente interrupción de las funciones de la vegetación. “Cuando se intentó el proyecto del megatúnel, tan sólo con el impacto que se hubiera tenido por la destrucción de dos kilómetros de la obra, se habrían impactado a más de 966 individuos vegetales. De esta forma se habrían dejado de absorber cinco toneladas de dióxido de carbono por año”, afirmó el investigador, recalcando que estas proporciones de daño, aterrizadas en el proyecto de la “Prolongación Avenida Amalia Solórzano”, por lo menos se duplicarían por las proporciones de la vialidad.

Los especialistas reunidos indicaron la existencia de alternativas que incluso la administración pública ya ha consensuado con la academia. Tal es el caso de la continuación de la avenida de Las Torres, vialidad que conectaría en forma de circuito desde la Glorieta de Juan Pablo II y hasta la tienda Costco, por la zona de cables de alta tensión.

“El diseño de la vía integraría a las poblaciones rurales y a las colonias de bajos, medios y altos ingresos. De otra manera sólo se conecta de mall a mall”, explicó Patricia Ávila.

lunes, 8 de febrero de 2010

¿Estudio técnico justificativo? No hay técnica ni justificación por ningún lado

LEONOR SOLÍS , JUAN MANUEL LOBATO , EK DEL VAL*

Hace unas semanas, los medios de comunicación fueron cubiertos por el sorpresivo cambio de categoría del Área Natural Protegida de “la Loma de Santa María y Depresiones Aledañas” a Zona de Restauración y Protección Ambiental y la exclusión del 30 por ciento del área original.

Tras una larga historia de intereses empresariales, la Loma había resistido los intentos por modificarla gracias al blindaje legal que le brindaba el ser un Área Natural Protegida de la ciudad de Morelia, de tal forma había podido resistir a los proyectos del megapuente (2006) y megatúnel (2007); sin embargo, el 31 de diciembre la Loma de Santa María finalmente quedó vulnerable a merced de los tiburones al eliminar tal blindaje, tal y como señala Daniel Márquez Melgoza en la nota escrita para este diario del 22 de enero. Las intenciones detrás del cambio de decreto quedaron evidenciadas el pasado 27 de enero, cuando el alcalde de la ciudad de Morelia aseveró que “el cambio del estatus de la Loma de Santa María obedeció al interés que hay por construir una vialidad”.

Sin embargo, en días anteriores se declaraba que el cambio de estatus obedecía al grave deterioro ambiental de la zona y que tanto el cambio de categoría como la reducción del 30 por ciento del área eran acciones acreditadas y respaldadas por un “Estudio Técnico Justificativo” (ETJ) que avalaba las acciones del gobierno para el área. Más allá de los intereses políticos y económicos detrás de la acción realizada, la importancia y responsabilidad que tiene dicho estudio en toda esta historia quedó relegado al olvido.

Hoy es nuestro interés continuar informando, brindando argumentos que permitan proseguir el análisis de lo que le ocurre a la ciudad y la responsabilidad que no sólo tiene el gobierno sino también la sociedad civil respecto a las acciones que éste realiza. Por ello, nos dimos a la tarea de analizar a detalle el ETJ, que fue el documento que amparó el cambio de categoría de “la Loma de Santa María”. El contenido de dicho documento sólo ha sido mencionado en dos notas. El 22 de enero, los reporteros de este periódico, Melina Gil y Eduardo Ferrer, señalaban que “el documento carece de datos técnicos”. Mientras que Adriana Acosta y Pablo Alarcón, el 25 de enero apuntaron que “las bases técnicas para el decreto son demasiado superficiales y corresponden más bien a información ambiental básica. El estudio hace referencia a estudios realizados, pero ni se especifican ni se incluyen datos concretos en los cuales se sustente el decreto. Por su naturaleza e importancia, debería contener investigación basada en un diagnóstico ambiental y ecológico serio desde la perspectiva de las ciencias ambientales, ecología de poblaciones, restauración ecológica, biología de la conservación, análisis de riesgos, hidrología, investigación social participativa, entre otras”.

Un ETJ realizado con la seriedad pertinente para el caso, debería responder a cuestionamientos básicos tales como: ¿qué porcentaje del área se encuentra deteriorada? ¿Qué porcentaje del área está cubierta por especies exóticas, tales como el eucalipto? ¿Cuántas hectáreas han sido gravemente afectadas por los incendios? ¿Cuáles y cuántas especies de flora y fauna han desaparecido? ¿Cuáles no? Sin embargo, este tipo de preguntas no son respondidas en ninguna parte del documento. Lo más grave de todo es que es un documento que no presenta datos. ¿Cómo se pueden tomar decisiones sin datos que las avalen? Es algo que como ciudadanos debemos cuestionarnos.

Nos parece importante resaltar que en ninguna parte el documento explica de forma cuantitativa la magnitud del deterioro de la zona y mucho menos justifica la reducción del área original de conservación. Es un estudio realizado con poco rigor científico que presenta múltiples inconsistencias.

Respecto a las cuestiones biológicas, el documento no presenta datos ni espaciales ni temporales sobre la abundancia y distribución de las especies que justificarían la reducción del área. No presenta datos de cobertura vegetal. ¿Qué quiere decir esto? Los datos de cobertura nos permiten ubicar las zonas conservadas, las zonas deterioradas, las zonas que tienen especies exóticas como el eucalipto. No presenta un listado de flora, es decir, qué especies de plantas están presentes en el lugar. Respecto a la fauna, no hay datos de los cambios que ha sufrido la fauna, a pesar de que se argumenta que ha sido impactada negativamente. De hecho, el estudio no hace referencia a ninguno de los principales trabajos científicos realizados en la región, que han mostrado que en la cuenca del río Chiquito se han registrado mil 46 especies de plantas (Medina 1992), 15 familias de arácnidos (Mendoza 1995), casi el 30 por ciento de los murciélagos de todo el estado. Sobre las aves, el estudio señala que hay 116 especies de aves, este número representa el cien por ciento de las aves de Morelia; sin embargo, estudios más detallados realizados específicamente en la zona (tanto por la UMSNH como por la UNAM) han encontrado que en la Loma habita el 76 or ciento de las aves del Valle de Morelia. Esto nos habla de la riqueza biológica del sitio y de la poca importancia que el ETJ le atribuye.

La caracterización histórico-cultural no es relevante a la zona de estudio, se hace un listado de efemérides y héroes de Morelia, pero no habla de la historia y el valor de la Loma de Santa María. La caracterización socioeconómica no es más que una copia caricaturizada de los datos del INEGI tomados en el municipio de Morelia publicados en 1999 y el 2000 (según su bibliografía) y no se muestra un estudio más específico que muestre la problemática social de la zona.

Las conclusiones del ETJ no aportan nada nuevo; sin embargo, el propio estudio recalca que “el área conocida como Loma de Santa María es de vital importancia para mantener los servicios ecosistémicos de regulación climática, conservación de los ciclos hídricos, control de la erosión, recarga de acuíferos, mantenimiento de escurrimientos en cantidad y cantidad, captura de carbono, purificación de cuerpos de agua, conservación y protección de la biodiversidad, belleza escénica y las oportunidades para el esparcimiento de la población de Morelia”.

Es evidente que dicho estudio fue realizado en poco tiempo, con prisa y sin la seriedad y profesionalismo que merece la toma de decisiones que afectan el futuro de la ciudad, y leyendo el estudio, en ningún lugar queda claro por qué es necesario cambiar el estatus de la Loma y menos aún reducir su área.

* Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la UNAM Campus Morelia